La gamificación es una herramienta importante para moldear la conducta, sobre todo porque permite que las personas puedan vivir una experiencia adictiva y motivante. Dentro de un juego, los participantes se enfrentan a un reto y es probable que en momentos no pueden vencerlo, sin embargo, no se afecta su motivación, todo lo contrario, los jugadores vuelven a intentarlo varias veces hasta lograrlo.
El sistema brinda diversas dinámicas de solución y por consiguiente, propician que los participantes sean más creativos en la elaboración de sus diferentes intentos. Pero lo más importante de esta mecánica es que habilita un escenario para que los jugadores obtengan nuevos conocimientos, desarrollen nuevas habilidades, e incluso cambien sus actitudes.
Para qué sirve la gamificación
La gamificación en un proceso de formación permite que puedas tener un escenario libre para equivocarte, elegir una ruta de aprendizaje y aprender del error. Te permite recibir una retroalimentación inmediata, por ejemplo, si haces algo mal, solo pierdes vidas, o puedes acumular puntos al avanzar en los cursos y reclamar recompensas. Además, puedes competir para estar en los primeros lugares de un ranking.
Otro componente importante de la gamificación es la narrativa, lo que permite que las personas conecten con una historia y puedan apropiarse mejor del conocimiento.
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